El otro día comentaba en una conferencia sobre social ads (anuncios en redes sociales) que el marketing push está de baja. Es ese marketing que lanza un mensaje a los consumidores para atraerlos y conseguir ventas, sin apenas escuchar las demandas de los clientes. Oídos sordos, vaya: sin conversación ni escucha activa.
Lo mismo se puede aplicar a nuestra vida. Todo lo que sea 'push' no funciona. En los últimos años hemos vivido en una espiral de "cuanto más fuerte empujes y grites, más vas a tener". Y estamos viendo que este mantra ya no nos funciona: miles de universitarios en el paro, inversiones empresariales fallidas, gente que no hay manera que encuentre la pareja ideal... ¿Qué falla?
"Si tengo eso seré feliz". Pero no, vamos consiguiendo cosas y seguimos insatisfechos. Y nos desmotivamos y buscamos parches para tapar estos agujeros de infelicidad sin parar: más compras, más novios, más viajes, más copas.
La neurona del 'push' nos ha venido impuesta. Piensa en cómo eras de pequeño:
Ok. Quizás no habíamos vivido situaciones duras y no teníamos tantas responsabilidades. Pero la vida no es lo que vivimos, sino cómo la vivimos: ver el vaso miedo lleno.
En resumen: de pequeños no buscamos la felicidad fuera, sino que salía de dentro. Nada de push-push: todo fluía.
Somos una generación a la que le va a tocar reinventarse y repensar todos estos patrones*. A positivizar las cosas (y no me refiero a ser positivo sin más, en plan tonto, porque cuando pasan cosas malas en la vida forzarnos a estar contentos es contraproducente). A tomar decisiones con más consciencia.
A respirar y a ser superhéroes cuotidianos, pues.
Mientras tanto, yo voy a preparar algunas campañas de marketing pull para nuestros clientes (nada push).
* Si necesitas una guía, tenemos en marcha el programa: Consigue el Trabajo y la Vida que Quieres.