A veces vivimos perdidos, sin una meta... y vamos dando tumbos, gastando energía en balde.
Esta misma sensación puede producirse en el campo de la comunicación si no sabemos dónde vamos. El plan de comunicación debe ser nuestro mapa para no tener esa sensación.
Debemos saber qué objetivos, metas... tenemos. Qué queremos conseguir, qué resultados. Y cuanto más concretos mejor. "Quiero vender más" es un buen objetivo, pero poco concreto. "Quiero conseguir un 10% más de ventas". Así sí. Este es nuestro referente para saber en todo momento si las cosas evolucionan bien o no.
A partir de los objetivos, definiremos qué acciones debemos realizar.