No sé si habrás visto por redes que, hace unos meses, me tomé un tiempo sabático. Fue después de presentar mi último libro, con la voluntad de dedicarme a proyectos personales que me hacían mucha ilusión.
No es que mi empresa no me hiciera feliz.
Ni que me hubiera quemado.
Ni que no tuviera más ideas.
Ni que sintiera que me había vaciado.
Simplemente, era un regalo para mí misma, un disfrutar de mí, un beneficiarme de la libertad y del tiempo libre que el modelo de negocio que he construido me ha regalado.
Tengo la libertad de poder irme cuando quiera, gracias a los ingresos pasivos diversificados que tenemos y a la organización interna que hemos ido montando.
En estos años, he visto emprendedoras (sí, lo digo en femenino porque han sido sobre todo mujeres) que, llevando menos años que yo, han dejado en standby sus proyectos porque ya no podían más.
Eran esos perfiles que hacían lanzamientos constantes,
que se hicieron "famosas" de la noche a la mañana,
que salían en toooodas las fotos de las redes sociales a diario...
¡Obvio que se quemaran ellas y sus negocios!
Un buen modelo de negocio no necesita que cuentes tu vida en redes sociales,
ni que las actualices a diario,
ni que tengas que trabajar fines de semana.
Un negocio saludable es el que te permite vivir como tú quieres. Que te permite ir a recoger a los peques al cole, y cuidarte, y viajar, y leer... y esas cosas que tanto te gustan.
Voy a revelarte alguno de mis secretos para que veas la calidad de vida que tengo y que nunca muestro en redes:
Para mí la riqueza es esto.
Si quieres que revisemos tu negocio para que te permita vivir como quieras, recuerda nuestros dos formatos estrella:
- consultorías individuales -elige el formato que mejor que te sienta-
- programa intensivo Mentoring Club
Un abrazo,
Txell.